viernes, 28 de junio de 2013

Mañana (cuento)

En una antigua ciudad, en un viejo caserón, un anciano leía con la última luz del atardecer junto a la ventana, sentado en el sillón que otrora acomodó a su padre. Desde joven le había apasionado la lectura y en su cuenta innumerables libros se anotaban, pero desde hacía algún tiempo leía una y otra vez el mismo libro. No sabía por qué pero era incapaz de tomar ningún otro.

Y con el último resplandor del Sol, entró en la habitación su nieto. Corriendo alegre se le acercó casi empujándole, y dijo:

-"¡Abuelito!, mañana es fiesta, ¿qué vamos a hacer?".

El abuelo dejó de leer, miró al niño con ternura, después miró a través de la ventana, hacia el Sol que ya no estaba, y se repitió mentalmente: "mañana,...    mañana". Vio que carecía de sentido para él esa palabra, había olvidado su significado. Y entonces entendió por qué leía ese libro una y otra vez.

Sonriendo, le dijo al niño:

-"Mañana, tú jugarás con mis libros".

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