A esta altitud apenas se ve algo de matorral bajo y pocas flores y hierba, por supuesto que los árboles desaparecieron del paisaje hace un par de días.
Noto la altitud, voy lento y cansado, la mochila parece pesar el triple.
Al amanecer he visto a los recolectores del hongo que volvían bajando por pendientes pedregosas de vértigo, andando tranquilamente como si fueran por una pradera. Había gente mayor y niños. Es increíble la capacidad de adaptación y la fortaleza de esta gente
Caminitos en la cima del mundo.
Pasamos por Thorong Phedi, el penúltimo refugio.
Y seguimos...
...hasta High Camp (4850 m), el último refugio antes del paso de Torong La.
Las vistas son espectaculares, la dimensión humana ha desaparecido, aquí sólo reinan Cielo y Tierra.
Tras la comida y el descanso, otro paseo de aclimatación.
Sigo los sabios consejos de Raj, "slowly, slowly" (despacio, despacio).
Y llegó el día de cruzar el paso.
Salimos temprano, a las cinco, ya que Raj dice que no nos podemos fiar del clima, es mejor cuanto antes por si cambia el tiempo al mediodía.
Unos meses después ocurrió, una tormenta de nieve y la niebla dejaron 29 muertos. Descansen en paz.
Me resulta duro.
Raj va "sobrao".
Porteador.
Y entre dos montañas.
¡El paso!
Cafetería cerrada.
Torong La
5416 m
Al otro lado el antiguo reino de Mustang.
Ahora toca bajar sin perder mucho tiempo.
Una subida de 600 m y una bajada de 1700 m.
No está mal para estas alturas.
El valle es muy seco, desértico, apenas llueve, pero los ríos que vienen de las montañas permiten que surjan vergeles.
A la izquierda se ven las trazas del intento de hacer una carretera. Al final desistieron.
Conjunto de templos budistas e hinduistas en las afueres del pueblo. Es un lugar sagrado y muy visitado por los fieles.
Muktinat.
Construyendo un nuevo templo.
Las aguas de la montaña
108 caños, 108 cabezas de toro.
En el interior de la hornacina del suelo está la llama que surge de la tierra. Dicen que lleva ardiendo miles de años.
Agua y fuego.
Lugar mágico.
Dejamos el lugar sagrado y nos vamos al lugar de descanso y pitanza. ¡Y wi-fi!
El hotel.
Esto parece una gran ciudad.
Después de recuperarme, partimos al día siguiente hacia Jomsom.
Se ven muchas cocinas solares. Las utilizan, sobretodo, para cocer el arroz.
Pasamos junto a Jharkot.
Fuera de los pueblos todo es desértico.
A veces se adivina la carretera, otras veces los vehículos van campo a través.
Bellos contrastes.
Ahora seguimos el curso del río Kali Gandaki.
Me vuelvo a encontrar con propaganda electoral.
Por si acaso, no le voto.
Motorista entre guijarros y agua.
No hay carretera, se va por donde se puede.
Al fondo ya se ve Jomsom.
Está enclavada en un cuello de botella del valle y cuenta con un pequeño aeropuerto. Los aviones pueden operar desde la mañana hasta el mediodía, a partir de entonces el calor del sol provoca unos vientos en el valle que hacen imposible utilizarlo.
Lo usan fundamentalmente los peregrinos que van a Muktinat.
Las altas montañas van quedando atrás.
Mañana cogeremos un autobús para acortar tiempos.
Mañana cogeremos un autobús para acortar tiempos.
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