Del Atlántico al Pacífico. Después de cruzar la bahía por el larguísimo puente de San Mateo, al sur de la ciudad, devuelvo el coche de alquiler en el aeropuerto y tomo el metro hasta la parada de Embarcadero, allí salgo a la superficie y me encuentro en pleno San Francisco. Ciudad única, con mil sabores y que me produce agradables sensaciones, trayendo a mi presente recuerdos de la infancia y de la juventud, que me hacen sentir atraccción por esta ciudad. Luz, océano, buques, movimiento hippy, colores y músicas del corazón, pacifismo, películas y series que ahora se materializan ante mis ojos.
Primer imagen de la ciudad. La Pirámide, rascacielos emblemático de San Francisco, desde Embarcadero
Y mi primera sorpresa, la final de la Copa América delante de mis narices. No tenía ni idea
Los barcos de la Copa en el puerto base. El neozelandés Fly Emirates va ganando 8 a 1 al local Oracle. Parece difícil remontar
Muelles de madera del viejo puerto
Autorretrato con mochila sobre madera portuaria
Los viejos muelles son ahora lugar de ocio y recuerdos
Colores sobre azul
Nostalgia de otros tiempos
En la playa de la ciudad.
San Francisco es un imán para vagabundos, hippies trasnochados, homeless y mochileros. Algo tendrá
La bahía es un lugar perfecto para los amantes del mar, que son muchos por aquí
Mar y bruma en la bahía
Después del paseo por la zona portuaria llego al albergue. Un antiguo barracón militar del XIX, construido sobre una duna fija, donde estaba la vieja y española batería de San José, ahora Black Point
La situación es inmejorable, se ve el Golden Gate, la entrada de la Bahía y la isla de Alcatraz. Bueno, se ve cuando la habitual bruma del Pacífico lo permite
La competición ha empezado, el campo de regatas está entre Alcatraz y el Golden Gate
La remontada del Oracle será épica
Pasando frente al antiguo presidio
Un vistazo a la regata desde el antiguo muelle militar de carga que hay a los pies del albergue. De aquí partían hombres y material para el Pacífico durante la II Guerra Mundial. Ahora es un centro cultural
Otros espectadores
Un cruce peligroso
La bruma se ha disipado
En los parques se respira el aire tranquilo de los primeros días de otoño
Viendo la regata
El albergue
La sala de estar
Zona wifi. Las relaciones cercanas se ven sustituídas por las virtuales
Paseando por la costa
Barcos de época
El Eppleton Hall, pequeño buque carbonero británico de 1850
El Balclutha, carguero de 1860
Remolcador Hércules, de 1907
Aparejos de un velero
Silueta desde Black Point
Alcatraz
El viejo puerto pesquero tiene saborcillo y encanto, a pesar de ser muy turístico. Hay multitud de restaurantes y puestos callejeros de pescado y marisco. Por cierto, hay que tener cuidado cuando comes por la calle. Mientras paseaba comiendo unos calamares que llevaba en una cajita, una maldita gaviota se lanzó a traición por la espalda, golpeando mi mano y tirándome varios calamares al suelo, con gran regocijo de otras muchas gaviotas que me rodearon por los pies, chillando y comiéndose todo lo que pillaban, ¡piratas!
El tranvía de cables
Plataforma manual de giro
El músico y el escapista
Viaje en tranvía hasta el centro, cuesta arriba y cuesta abajo, y luego regreso al anochecer callejeando
"Calles de San Francisco". Fue una de las series de TV que me hicieron "conocer" esta ciudad
La noche me alcanza sobre una de las innumerables colinas
Amanecer del día siguiente
Paseando hasta el Golden Gate
El músico en la Bahía
El paseante de perros
Perro sin paseante
Arena, agua, roca, hierro, cielo
Silueta desde la playa
El Golden Gate, la Bahía de San Francisco se abre al Pacífico
El San Martín, cañón español del viejo fuerte de San Joaquín, a la entrada de la bahía.
Nunca he entendido la manía de nuestros antepasados con poner nombres de santos a las cosas de la guerra
Bajo el puente se ve Fort Point, construido sobre el viejo fuerte español
Cruzar el puente impresiona
Petrolero pasando bajo mis pies. ¡Jo!
Cablecillos
Teléfono de emergencia y de la esperanza.
"Hay esperanza, llama"
No quiero pensar cuantas historias habrá visto el puente
A un lado la bahía y al otro el océano
Desde el puente veo otra de las regatas de la Copa
Los yankis están barriendo a los kiwis
De regreso al puerto, visita a un submarino de la II Guerra Mundial. El Pampanito USS 383.
Bonito nombre para una máquina de hundir vidas
Sala de torpedooorss, como diría Chiquito de la Calzada
Continúo con una visita al museo de juguetes y autómatas
El museo está bien, pero me echa para atrás, me salgo sin verlo del todo. Me resulta rancio, oxidado. Siento el vacío de niños desaparecidos en las sombras del tiempo, risas y juegos de los que ya no quedan ni los ecos. Me entristece
Y ahora un paseo en barco por la bahía. Atrás queda el embarcadero de los ferries. La Pirámide a la derecha y la torre Coit en la colina
Velas
Por debajo
Y media vuelta
Ciudad entre mar y cielo
Rodeando Alcatraz. Presidio abandonado
Muelles del viejo puerto pesquero
Muelle 39. Reservado para los leones marinos
Pelícanos al caer el sol
Noche iluminada
Me gustan los camioncitos de bomberos
Otros
Me cuesta alejarme del puerto
No es país para cojos
Desde lo alto de la torre Coit . En la colina del telégrafo
Preparados para la última y definitiva regata. Los yankees han remontado. 8-8
El Bay Bridge, une San Francisco con Oacklan.
Casas típicas
Vista de la ciudad
Vista del cielo
La torre Coit. Mirador de los años 30
Calles rectas a costa de curvas en altura
Me despido comiendo el típico crab (cangrejo gordo) en un local de los años 50 con vistas a la bahía. En directo el final de la Copa. Gana el Oracle entre aplausos y gritos de los lugareños
La goleta América anuncia el resultado. Un poco exagerados, ¿no?
Fotos de famosetes que han comido aquí. Voy a ver si hay un hueco para poner una fotocopia de mi DNI
Me despido del restaurante, de la ciudad y de USA, y me dirijo al aeropuerto. Me esperan 13 horas cruzando el Pacífico rumbo a New Zealand. Me voy con los perdedores. Pobres kiwis, son tan majos...
Es mi primer comentario y seguirán más, aunque he visto ya casi todos los reportajes. Éste en particular me impresiona, pero creo, al contrario que otros, que no me anima a visitar San Francisco; Me causa una sensación de frialdad, quizá por saber que el agua del Pacífico está fría; muchas películas insistían en que una fuga de Alcatraz era imposible por el agua fría y los tiburones. En cuanto a las calles empinadas me hacen recordar la serie televisiva de Michael Douglas y Karl Malden, conduciendo a toda velocidad. Excelentes fotos.
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