jueves, 2 de enero de 2014

GRAN CAÑÓN DEL COLORADO (del 7 al 11 de Septiembre)

El Gran Cañón y sus muchos cañones laterales, un paisaje inmenso en extensión,  profundidad, colores, texturas... y en sensaciones. El cielo se funde con cañones y montañas.

¡Bienvenido a la entrada sur del Gran Cañón!

Primera sorpresa, no se ve nada

Poco a poco la niebla se abre

Y va surgiendo la belleza






El borde húmedo del Cañón


Y algunos de sus habitantes



Construcción de estilo indio

Arte indio

Paseo por el borde sur









Al día siguiente, tras pedir el permiso de acampada y antes de iniciar la bajada, nada mejor que un buen desayuno

Empieza la senda a la profundidad del Cañón, 15 Km y 1400 m de bajada

A media altura se ve el Jardín Indio, una especie de oasis





Vigilando la senda



Barro rojo y amenaza de lluvia




En el Indian Garden. El transporte del Cañón






Después del Jardín la senda sigue por el  cañón del Garden Creek (arroyo)






Un lagarto, supongo


Y sigue la senda, y sigue bajando




El clima va cambiando, se nota más calor y humedad


Y por fin, el Colorado. De los 2100 m arriba a los 730 m aquí


Aguas turbias, frías y revueltas



El Silver Bridge



Al otro lado del río




Un poco más allá, río arriba, el viejo puente negro




100 años de tensión sobre las aguas


Paisaje junto al arroyo del Ángel, lugar de acampada


Aguas del Bright Angel Creek


La cena antes del paseo, sin horas.


Esperando el anochecer apoyado en la barandilla del puente.
Al fondo el puente negro.

El otro lado, aguas abajo


La chica del cortado sobre río

EL TIEMPO PARADO

Después de una improvisada merienda-cena, me dedico a pasear por la orilla del río y al anochecer me quedo en medio del Silver Bridge apoyado en la barandilla, mirando río arriba. Así paso el tiempo, mirando, sintiendo más bien, el río, su energía, el cielo, las montañas y finalmente el baile de los murciélagos. Al final del puente, sobre un cortado hay una chica que también mira sin tiempo. Me alegra ver que no soy el único, me siento acompañado y comprendido. No se quién es, solo cruzamos un saludo y una sonrisa en el puente, no hace falta más, es el bello canto del silencio y del mirar.

Ver como cambian las luces, las nubes, los brillos del cielo, el girar de los torbellinos abruptos, como el río continúa con su fuerza tallando la colosal escultura desde hace millones de años, te hace verte reflejado en ese gigantesco y eterno espejo como un punto pequeño. Pequeño pero parte del inmenso TODO.

Fue una hora larga, muy larga, los minutos parecían horas, el tiempo era lento, diría que se detenía. A veces miraba el reloj pensando que había pasado mucho tiempo y me sorprendía ver que ni siquiera un minuto era. Sensación de paz y eternidad. Era consciente de que no tenía nada que hacer, absolutamente nada, simplemente dormir al caer la noche. La nada y el todo, la belleza desnuda.



Amanecer tras la lluvia


Después de una noche de goteras


Comienza el retorno a lo alto

Cruzando el puente donde el tiempo se detiene

La mirada se resiste a marchar


Los colores se despiertan con el sol


Al cabo de un rato me topo con el transporte. En las sendas tienen preferencia bisontes y mulas


Aquí el tiempo parece muy , muy lento


Las mismas fotos son diferentes en cada momento. Nubes, brumas y luces transforman los paisajes
















Una senda y un anochecer inolvidables


En la pizzería de Tusayan, al lado del parque


Donde hay asfalto, han cambiado caballos y mulas por pickups


Última mañana sobre el Cañón, hoy las nubes se han caido










Más al este se puede ver el río desde arriba







Cuervos en gris, espíritus libres


La torre en la niebla

Mirando arriba, dentro de la torre


Mirando afuera, desde la torre





Mil veces que mirara, mil fotos que haría, es inevitable




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