jueves, 16 de enero de 2014

HANOI (18 y 19 de Octubre)

De regreso al hemisferio norte, de Oceanía a Asia, ¡Vietnam!.
Llego a mi escala asiática, al paraíso comunista, a la orgullosa nación que venció a los USA, ...etc. Bueno, iré viendo poco a poco qué hay de todo eso. Me atrae este país por varios motivos, y desde luego que me llevaré un buen recuerdo. Mi ruta vietnamita empieza en el norte, en la capital victoriosa, Hanoi.

Primera etapa del viaje, de Christchurch a Auckland. Última puesta de sol en Nueva Zelanda mientras espero el avión que me ha de llevar a Hong Kong


No soy el único que espera y ve caer el sol


Tras volar un porrón de horas, aterrizamos en Hong Kong al amanecer. Me toca esperar nueve horas hasta que despegue el vuelo a Hanoi


El aeropuerto es enorme y está construido sobre una isla artificial en la bahía. Paso el tiempo andando por la zona internacional de tránsito, tumbándome por los sillones, observando gente (me da la impresión de que los chinos son muy escandalosos) y viendo aviones despegar y aterrizar.


No tenía ni idea de que hubiera tantas compañías aéreas asiáticas


¡Al fin!. Aterrizamos en Hanoi. Y primer contacto con el comunismo puro e invicto, debo pasar por taquilla y pagar 65 $ (¡en dólares USA!) por las tasas de visado. Son muy pragmáticos.


Después de treinta horas de viaje, llego al hotel y tengo que esperar por un problema en la habitación. Al final se soluciona y me dan una en el último piso. Está muy bien y es muy económica, es más barata que un albergue en otro país. Hago unas fotos desde el balcón y me voy a dormir. Estoy reventado.


Las primeras imágenes de Vietnam tienen "sabor", personalidad, me gustan. 


Despertar desde mi balcón


Callejeando por el viejo Hanoi, calles llenas y vibrantes. La vida se hace en la calle.


Las aceras no son para los peatones, son aparcamientos para las motos, para las infinitas motos, hasta están biseladas para poder subirlas y bajarlas mejor. Hay que andar por la calzada con mil ojos para no ser atropellado. Las normas de tráfico son "etéreas".

Actividad, mucha gente, todos los bajos de las casas están ocupados por negocios. Trabajan, comen, se relacionan, descansan, ...en la calle

Me gusta ver los aires diferentes de otras ciudades


Meditando junto al lago Hoan Kiem.

Grupo practicando...¿tai chi?...No, ¡salsa!


Sigo dando la vuelta al lago. Templo Ngoc Son





Comercio tradicional de recuerdos

Oraciones y ofrendas. La pequeña torre que escribe en el cielo

Puente del Sol Naciente. Lleva al templo


Entrada y control de tickets, por supuesto




Humos para el cielo


Ofrendas de comida para ...¿?

Besando el agua

Restos de la entrada al viejo templo


Cuenta la tradición que de este lago salió la tortuga gigante que entregó y más tarde recogió la espada con la que el rey vietnamita Ly Thai derrotó a los chinos


Torre de la tortuga.


La mayoría de viviendas son estrechas, de una a cinco alturas y con un comercio en el bajo 




Hay de todo tipo: coloniales, chinas, hormigón, comunistas, chapa, etc


Marcas occidentales por doquier. Bonito puma...Uf



Electricidad



Templo de la Literatura. Algo así como la antigua universidad

Hay mucha gente. Además de turistas, hay muchos estudiantes


Deduzco que vienen a celebrar su graduación

Tan jóvenes, contentos, ilusionados, con sus mejores galas...que monos. Resulta entrañable

Ellas suelen llevar vestidos tradicionales y ellos de corte occidental

Que seas feliz


A vosotros os falta un poquito para la graduación

Dejemos atrás el bullicio


Lotos










Tortugas en honor a los sabios y eruditos

Por todo el país encontramos bonsais enormes. Bonita paradoja. 




Dragones vigilantes


Confucio

Árbol, puerta y japoneses


Otra vista

Y otra

Dragones en el cielo


Tigre en la tierra

Ya fuera del templo


Mausoleo de Ho Chi Minh y cambio de guardia

Visita a la pagoda del pilar (pero no de Zaragoza)







Aquí se ve bien el pilar


Ciudadela con cafetería a los pies


Ferrocarril cruzando la ciudad


Ampliando las fotos se pueden ver detalles que se nos escapaban, al igual que con la vida.
Hombre regresando con su bicicleta y su viejo gorro militar, dos mujeres paseando, humo de una ofrenda en medio de la vía, mujer encendiendo el fuego de su ofrenda, y tantas cosas que no vemos.

Pasando por la calle de los muertos, se ven muchos talleres de ataúdes, rojos en su mayoría, floristas trabajando en las aceras, mortuorios con gente vestida de blanco. No hago fotos, me da pudor.


Y sobre todo calles con vida, mucha vida. Regreso al hotel y como enfrente, sentado en una sillita baja de plástico en la acera junto a otros vietnamitas. Un par de mujeres preparan la comida allí mismo, en el local abierto, no se sabe qué es calle o cocina, limpian, guisan y comemos todos juntos. Ni ellas saben inglés ni yo vietnamita, no hace falta, saludo, saludan, señalan, me siento y me traen el menú: ensalada, sopa con fideos, verduras y carne, rollitos y carne frita. Está rico. 50000 dongs, menos de dos euros.

Después de dormir la siesta (sigo con el cansancio del viaje) me doy una última vuelta nocturna por el lago. Me he dejado muchas cosas que ver en Hanoi, pero es que no doy para más, mañana me voy de aquí a descansar a Halong


La ofrenda nocturna




La vieja revolución y la modernidad


Pesca en la noche



Vuelvo a dar la vuelta al lago, esta vez de noche, y se ve diferente, se siente diferente. Las gentes son distintas. Me abordan en varias ocasiones estudiantes jóvenes para practicar inglés, deben pensar que todos los extranjeros sabemos inglés, pero bueno, doy el pego y hablamos, me someto al interrogatorio de libro y me dan consejos turísticos. Son simpáticos y con ganas de aprender y viajar. Alguna chica también se acerca con la excusa del inglés, pero no era estudiante. No soy quien para juzgar a otros, pero me da pena que tomen ciertos caminos, me parece un error.


Noche bulliciosa, noche joven, tienen unas ganas locas por vivir, este país llegará muy lejos. Me voy al hotel, tengo unas ganas locas por dormir.

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