martes, 21 de enero de 2014

ESTAMBUL (30 de Octubre al 4 de Noviembre)

De regreso a Europa por la puerta de Asia, mi último salto continental. Bizancio, Costantinopla, Estambul, ciudad increíble, cargada de historia, sabor, arte y belleza, amén de catorce millones de almas que la hacen la ciudad más poblada de Europa (incluyendo su parte asiática).

Casas de madera en el centro histórico


Hay bastantes edificios ruinosos de la época de esplendor del Imperio Otomano.

Me evocan una contradictoria sensación de romántica belleza y pena.


Antiguo centro comercial

Palacete junto al Bósforo.

Farolas modernistas del centro.

Tranvía por Istiklal, una de las calles principales y más animadas de la vieja Estambul.




Plaza Taksim con el monumento a Ataturk, fundador de la república en los años veinte. Últimamente famosa por las manifestaciones de jóvenes con ganas de libertad y regeneración (¡cómo son estos jóvenes!)


Los típicos carritos de comida callejera.


Alba, mi hija. Está estudiando Bellas Artes en Estambul con una beca Erasmus, vive cerca de la plaza. ¡Por fin la veo después de tres meses!. Hoy es un Gran Día.


La Mezquita Azul, S. XVII. Una maravilla.




Abluciones de los fieles.

Bellísima



Recogimiento


El rezo

Y enfrente, Santa Sofía, S. V. Es impresionante, 1600 años de historia en pie.

La mayor iglesia de la antigüedad. Convertida en mezquita tras la caída de Costantinopla, actualmente es un museo.


Sobrecogedora y fascinante.







La torre Gálata, S. XIV. Construida como fortificación por los genoveses de la ciudad, está situada en la colina al norte del Cuerno de Oro.

Estación de ferrocarril Sirkeci, S. XIX, Última parada del mítico Orient Express.


Restaurante del Orient Express.


Saliendo de la estación de los sueños y novelas.

Gente, movimiento, ... Vida

Entrada al Cuerno de Oro, el legendario estuario que divide las dos partes de la antigua Costantinopla. Al fondo se ve la Torre Gálata, y a la izquierda el puente Gálata.


El puente con los comercios y restaurantes abajo.


Los pescadores del puente.

Vistas al Mar de Mármara y a la entrada del Bósforo.

Uno de los muchos ferrys que atracan junto al puente.

Ciudad de bellos colores. Comercio y artesanía por doquier.




El gato sin botas.


Cafés y teterías en la calle.


Pinturas que brotan inesperadamente.

El Bazar de las Especias.


Una mirada al interior 


Por fuera.




Variedad de gentes.


Mezquita Nueva junto al Bazar y mezquita de Suleymaniye al fondo.


Y ahora un paseo en barco por el Bósforo, el canal que une el Mar de Mármara (extremo oriental del Mediterráneo) con el Mar Negro.
Palacio de Dolmabahce. Megalomanías de un sultán que llevaron a la ruina y a la república.

Barco que perteneció a  Ataturk


Pescadores del Bósforo.



Colinas llenas de casas a lo largo del Bósforo.


También fue lugar de veraneo de las clases altas. En verano los vientos del Mar Negro refrescan el canal.

Fortaleza de Rumeli.


Casas, palacios y castillos.







Y pescadores por todas partes.

Palacio de verano del sultán. Fin de la travesía

El estudio de pintura.
Una visita a la Universidad de Mimar Sinan, donde estudia mi hija.

Tras comer por un euro, un descanso a la orilla del Bósforo. Todo un lujo estético.


Vista desde la universidad mientras tomamos un café.
Península de Sarayburnu con el Palacio de Topkapi, Santa Sofía y la Mezquita Azul.


Acompañando el café.


Visita al Palacio de Topkapi, el antiguo palacio imperial situado en la ciudad vieja.


Algunos de los pabellones de palacio.






Vista desde Topkapi.

La Cisterna Basílica, S. VI, cerca de Santa Sofía. Almacenaba agua bajo tierra para casos de asedio.


La Medusa, usada como basamento. Parece ser que fue traída de un antiguo templo pagano y puesta cabeza abajo para evitar su mirada mortal, "casi na".

Último atardecer en esta ciudad de ensueño.
El fuego del Sol empieza su baile final con las piedras, los cielos y el mar.


La Mezquita Azul.




Cojo el ferry en Gálata para ir a la parte asiática a ver el ocaso.
Las mezquitas de Suleymaniye y Nueva desde el barco.  

Puente sobre el Bósforo. Europa y Asia unidas.

Las gaviotas siguen el barco.
Por todo el mundo me he encontrado con las que para mí son símbolo de libertad.





Unos minutos después estoy en Asia. Mucha gente acude habitualmente para ver la puesta del sol.

Y no me extraña, no tengo palabras para describir lo que vi y sentí.


La Torre de la Doncella.




El pescador de luces.

¿Esperas algo?


El fuego del Sol se fue, ahora empiezan a llegar las pequeñas luces de la noche.


De regreso a Europa.


Luna en creciente sobre la ciudad.

La noche crea otras sensaciones.
La Mezquita Azul otra vez. 


Santa Sofía.

La Torre Gálata.

El bullicioso puente Gálata.

A un lado y a otro hay puestos de pescado asado. Rico, rico.


Mercadillo nocturno de pescado.



Me gusta el ambiente nocturno que se ve.

Músicos de la noche.

Gatos nocturnos.
Estambul es ciudad de gatos, está llena de ellos.

Los hombres suelen reunirse en los cafés.

Las mujeres regresan a casa.

Días inolvidables de Estambul, ciudad mágica.
Ahora debo coger el autobús nocturno hasta Sofía (Bulgaria).

Gigantesca estación de hormigón, laberinto de calles y rampas, con centenares de autobuses y un espectáculo de otra época. Muchos jóvenes con las cabezas rapadas reuniéndose para coger los autobuses que les llevarán a los cuarteles para cumplir con el ejército. Acompañados por familias, novias, amigos. Se abrazan, se besan, se hacen fotos con las madres que lloran, los llevan a hombros con banderas al cuello, gritan y tiran petardos que parecen bombas, los mayores tocan tambores e instrumentos de viento mientras los hombres bailan abrazados en círculo antiguas danzas guerreras que te ponen los pelos de punta, los autobuses que los llevan no pueden ni moverse, están rodeados de una masa enfervorecida en éxtasis. Brutalmente atávico. Y observando, un tanto sobrecogidos, un japonés, un canadiense, un búlgaro, un eslavo,...y un español que tiene la cámara guardada en la mochila.

2 comentarios:

  1. Tenía ganas de que siguieses con el proyecto. Para mí las mejores fotos. ¡Ah! Y una hija muy guapa. José Luis

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  2. No sé por qué la cultura turca me ha producido indiferencia y quizás rechazo; posiblemente porque lo que he conocido de ella ha sido a través de los turcos emigrantes en Hamburgo. Después de ver las magníficas fotos, se está despertando un vivo interés por conocer Estambul.

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