domingo, 26 de enero de 2014

VENECIA (13 y 14 de Noviembre)

Llego a Venecia al atardecer tras cruzar la Laguna Veneta, ¡qué bien me suena el italiano!, y mientras espero el tranvía que me cruce hasta la Plaza de Roma, disfruto de la vista del atardecer sobre la laguna y la ciudad de Mestre, la Venecia en tierra firme.
Venecia es la única ciudad de mi ruta en el extranjero que ya conocía, pero bien se merece una segunda visita. Espero volver una tercera vez, en buena compaña.


Anochecer en los canales.

Me dirijo al albergue muy lentamente y parando cada dos pasos, no se puede tener prisa en Venecia.

Luces en el agua del Gran Canal.

Encontré la callejuela de mi albergue, junto al Gran Canal. La ventana iluminada que se ve es de mi habitación. Un edificio antiguo remozado, no está mal. Compartes habitación, aseo, cocina y mil historias. Es una buena experiencia a precio razonable.

Un último vistazo antes de entrar. No está nada mal la vista.

Vista desde la ventana del albergue. Iglesia de San Geremia.



Hoy es día de recorrer Venecia con dos compañeros de albergue, un colombiano, David y un ruso, Yuri.
"Van un colombiano, un ruso y un español y ..." se me ha olvidado el chiste.

Es una ciudad increíble. Antiguos islotes, lagunas y palafitos convertidos en casonas, palacios, iglesias,...arte y ambición, que un día volverán a rendir su tributo final a la laguna.

Mientras llega ese día, que espero sea lejano, disfrutemos.

Aparcando en la puerta de casa.




Y entre mil canales, hay cien plazas y plazuelas, queriendo recrear su propia tierra. A la izquierda Yuri con su tablet.

Muchos pozos por toda la ciudad.

Y entre canal y canal, un café, una bebida, un trozo de pizza o lo que se tercie.

La lonja del pescado.









El Puente de Rialto después de unas gotas de lluvia.

A la izquierda David . Tiendas y turistas, una "plaga" que mantiene vivas algunas ciudades.

Palacio renacentista de Camerlenghi.

Cúpulas y campanarios.



Llevando la góndola plácidamente con el remo.

Y si hace falta, patadón a la pared. Ante todo que no se raye el bugatti.

Estatua de Carlo Goldoni, comediante (no hay más que ver la sonrisa).

Esto no sé si es una farola o un reclamo de la tienda.


Y llegamos a San Marcos. Torre del reloj.

Vista general de la plaza porticada con el Campanile y la catedral al fondo.

Algunas imágenes de la catedral de San Marcos, de estilo bizantino y gótico.





El Palacio Ducal junto a la catedral.



Embarcadero de la plaza.


Vistas desde el Campanile, la torre de campanas.




Islas de San Giorgio y la Giudecca.


El embarcadero.

Iglesia de Santa María de la Salute.

Y continuamos callejeando, ¿o debería decir canaleando?.

¡Se está poniendo imposible aparcar!.

Museo de la Música. Iglesia de San Maurizio.

Sala de luthiers.

Un toque popular.


Campo de Santo Stefano.


Contrastes.

Texturas, trazos y colores.



Puente de la Academia.


Santa María de la Salute.



El horizonte cercano de la laguna.



Debe ser algo único navegar por estas aguas.

Y terminamos cenando en el albergue. Un colombiano, un ruso, una chilena, un iraní, un chino y un español compartiendo comida, dos botellas de vino y unas horas de charla en spanglish.

Gente que viaja sola, mas no solitarios.



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