lunes, 6 de enero de 2014

SAN FRANCISCO ( 22 al 25 de Septiembre)

Del Atlántico al Pacífico. Después de cruzar la bahía por el larguísimo puente de San Mateo, al sur de la ciudad, devuelvo el coche de alquiler en el aeropuerto y tomo el metro hasta la parada de Embarcadero, allí salgo a la superficie y me encuentro en pleno San Francisco. Ciudad única, con mil sabores y que me produce agradables sensaciones, trayendo a mi presente recuerdos de la infancia y de la juventud, que me hacen sentir atraccción por esta ciudad. Luz, océano, buques, movimiento hippy, colores y músicas del corazón, pacifismo, películas y series que ahora se materializan ante mis ojos.

Primer imagen de la ciudad. La Pirámide, rascacielos emblemático de San Francisco, desde Embarcadero

Y mi primera sorpresa, la final de la Copa América delante de mis narices. No tenía ni idea

Los barcos de la Copa en el puerto base. El neozelandés Fly Emirates va ganando 8 a 1 al local Oracle. Parece difícil remontar

Muelles de madera del viejo puerto

Autorretrato con mochila sobre madera portuaria


Los viejos muelles son ahora lugar de ocio y recuerdos

Colores sobre azul


Nostalgia de otros tiempos


En la playa de la ciudad.
San Francisco es un imán para vagabundos, hippies trasnochados, homeless y mochileros. Algo tendrá

La bahía es un lugar perfecto para los amantes del mar, que son muchos por aquí

Mar y bruma en la bahía


Después del paseo por la zona portuaria llego al albergue. Un antiguo barracón militar del XIX, construido sobre una duna fija, donde estaba la vieja y española batería de San José, ahora Black Point


La situación es inmejorable, se ve el Golden Gate, la entrada de la Bahía y la isla de Alcatraz. Bueno, se ve cuando la habitual bruma del Pacífico lo permite


La competición ha empezado, el campo de regatas está entre Alcatraz y el Golden Gate 


La remontada del Oracle será épica

Pasando frente al antiguo presidio

Un vistazo a la regata desde el antiguo muelle militar de carga que hay a los pies del albergue. De aquí partían hombres y material para el Pacífico durante la II Guerra Mundial. Ahora es un centro cultural

Otros espectadores




Un cruce peligroso






La bruma se ha disipado


En los parques se respira el aire tranquilo de los primeros días de otoño


Viendo la regata


El albergue

La sala de estar

Zona wifi. Las relaciones cercanas se ven sustituídas por las virtuales

Paseando por la costa

Barcos de época


El Eppleton Hall, pequeño buque carbonero británico de 1850


El Balclutha, carguero de 1860


Remolcador Hércules, de 1907

Aparejos de un velero


Silueta desde Black Point


Alcatraz

 El viejo puerto pesquero tiene saborcillo y encanto, a pesar de ser muy turístico. Hay multitud de restaurantes y puestos callejeros de pescado y marisco. Por cierto, hay que tener cuidado cuando comes por la calle. Mientras paseaba comiendo unos calamares que llevaba en una cajita, una maldita gaviota se lanzó a traición por la espalda, golpeando mi mano y tirándome varios calamares al suelo, con gran regocijo de otras muchas gaviotas que me rodearon por los pies, chillando y comiéndose todo lo que pillaban, ¡piratas!




El tranvía de cables



Plataforma manual de giro




El músico y el escapista


Viaje en tranvía hasta el centro, cuesta arriba y cuesta abajo, y luego regreso al anochecer callejeando


"Calles de San Francisco". Fue una de las series de TV que me hicieron "conocer" esta ciudad











La noche me alcanza sobre una de las innumerables colinas


Amanecer del día siguiente


Paseando hasta el Golden Gate


El músico en la Bahía


El paseante de perros

Perro sin paseante

Arena, agua, roca, hierro, cielo

Silueta desde la playa


El Golden Gate, la Bahía de San Francisco se abre al Pacífico


El San Martín, cañón español del viejo fuerte de San Joaquín, a la entrada de la bahía.
Nunca he entendido la manía de nuestros antepasados con poner nombres de santos a las cosas de la guerra


Bajo el puente se ve Fort Point, construido sobre el viejo fuerte español


Cruzar el puente impresiona




Petrolero pasando bajo mis pies. ¡Jo!


Cablecillos

Teléfono de emergencia y de la esperanza.
"Hay esperanza, llama"
No quiero pensar cuantas historias habrá visto el puente


A un lado la bahía y al otro el océano


Desde el puente veo otra de las regatas de la Copa


Los yankis están barriendo a los kiwis

De regreso al puerto, visita a un submarino de la II Guerra Mundial. El Pampanito USS 383.
Bonito nombre para una máquina de hundir vidas

Sala de torpedooorss, como diría Chiquito de la Calzada


Continúo con una visita al museo de juguetes y autómatas


El museo está bien, pero me echa para atrás, me salgo sin verlo del todo. Me resulta rancio, oxidado. Siento el vacío de niños desaparecidos en las sombras del tiempo, risas y juegos de los que ya no quedan ni los ecos. Me entristece


Y ahora un paseo en barco por la bahía. Atrás queda el embarcadero de los ferries. La Pirámide a la derecha y la torre Coit en la colina


Velas


Por debajo





Y media vuelta


Ciudad entre mar y cielo



Rodeando Alcatraz. Presidio abandonado


Muelles del viejo puerto pesquero


Muelle 39. Reservado para los leones marinos


Pelícanos al caer el sol


Noche iluminada





Me gustan los camioncitos de bomberos

Otros








Me cuesta alejarme del puerto


No es país para cojos


Desde lo alto de la torre Coit . En la colina del telégrafo


Preparados para la última y definitiva regata. Los yankees han remontado. 8-8


El Bay Bridge, une San Francisco con Oacklan.

Casas típicas




Vista de la ciudad


Vista del cielo


La torre Coit. Mirador de los años 30





Calles rectas a costa de curvas en altura


Me despido comiendo el típico crab (cangrejo gordo) en un local de los años 50 con vistas a la bahía. En directo el final de la Copa. Gana el Oracle entre aplausos y gritos de los lugareños 


La goleta América anuncia el resultado. Un poco exagerados, ¿no?


Fotos de famosetes que han comido aquí. Voy a ver si hay un hueco para poner una fotocopia de mi DNI


Me despido del restaurante, de la ciudad y de USA, y me dirijo al aeropuerto. Me esperan 13 horas cruzando el Pacífico rumbo a New Zealand. Me voy con los perdedores. Pobres kiwis, son tan majos...



1 comentario:

  1. Es mi primer comentario y seguirán más, aunque he visto ya casi todos los reportajes. Éste en particular me impresiona, pero creo, al contrario que otros, que no me anima a visitar San Francisco; Me causa una sensación de frialdad, quizá por saber que el agua del Pacífico está fría; muchas películas insistían en que una fuga de Alcatraz era imposible por el agua fría y los tiburones. En cuanto a las calles empinadas me hacen recordar la serie televisiva de Michael Douglas y Karl Malden, conduciendo a toda velocidad. Excelentes fotos.

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