A diferencia de Hue, que quedó casi devastada por la guerra, Hoi An se salvó de la destrucción gracias a estar fuera de las líneas principales de comunicación. Antaño fue un importante puerto comercial fluvial donde se comerciaba con chinos, japoneses, indios y europeos, pero con el tiempo perdió influencia a favor del puerto marítimo de Da Nang, al norte. Actualmente es una ciudad monumental y turística, declarada Patrimonio de la Humanidad. El barrio antiguo junto al río Thu Bon es precioso, con multitud de casas históricas de ricos comerciantes y con influencias chinas y japonesas. También son de destacar sus magníficas tiendas de artesanía, pero para alguien que va con mochila y no vuelve directamente a su casa es mejor no encapricharse.
Puente sobre uno de los canales del río
El puente japonés, emblema de la ciudad
Entrada al puente
El interior. A la izquierda, dentro del puente, hay un pequeño santuario
Vista posterior
El puerto fluvial. Es costumbre que las embarcaciones tengan ojos pintados para ver por dónde van.
Red de pesca
Transporte fluvial, se utiliza mucho en Vietnam
Casas del casco histórico. Casi todas son restaurantes, comercios o museos.
Se pueden apreciar numerosas influencias de otras culturas
Casa museo Phung Hung del siglo XVIII
Interior de la casa
Desde el piso alto
Patio interior de otra vivienda
Librería.
En Hoi An se pueden encontrar comercios con un nivel estético alto.
Galería de arte
Hay muchos comercios de ropa y sastrerías
Patio interior de un templo
Antiguo templo, hoy centro de reuniones cívico
¿Falla de Valencia?
Parada de taxis. No está permitida la circulación de coches por el centro histórico durante buena parte del día
Y algunas fotos humanas. Madre e hijo, como en cualquier lugar del mundo
Vendedora de comida ambulante
Hay muchas vendedoras por las calles
"¡Esto pesa!"
Parejita haciendo su reportaje de novios
"¿Para qué querrá mamá que me compre pantalones?"
Escenas cotidianas junto al río
Esperando clientes para dar un paseo
Guiris fotografiados por otro guiri
Tiendas, cables, gentes de todo tipo
"¿Taxi?"
"Algún día me atreveré a decirle algo a la vecina"
Menú del día para cuatro
Vendedoras viendo pasar el tiempo
Me dirijo hacia el mercado
¿Cuánta vida no habrán visto estos viejos árboles?
El mercado de Hoi An
La mirada en la foto.
Me gusta encontrar sonrisas y miradas cuando al cabo del tiempo veo en detalle las fotos.
Atasco de motos.
Tras el mercado, un vistazo a la noche
Cae el Sol
Farolillos flotantes
Al día siguiente visito las ruinas de My Son, en la selva, a unos cincuenta kilómetros de Hoi An
En medio de la selva vietnamita están las ruinas de los antiguos templos hindúes en honor a Shiva
En la entrada vemos algunos Jeeps, recuerdo del "amigo americano"
Baile de bienvenida a los visitantes.
Templos construidos entre los siglos IV y XIV
Interior de una de las cúpulas
Altar de ofrendas a Shiva.
Estatua de Ganesha sin su cabeza de elefante
El guardián de las piedras
Durante la guerra, los USA bombardearon la zona ocupada por el vietcong y destruyeron parte de los templos.
Cráter de una de las explosiones.
El patrón del barco. Regresamos a Hoi An por el río.
Uno de los muchos "ferries"
Hacemos una parada antes de llegar para ver un barrio de artesanos
El astillero
Casas de artesanos
Trabajando la madera
Se suelen encontrar altares familiares en los campos o en las afueras.
¡Por fin arranca!, regresamos.
Hacia el muelle.
El último día me voy andando hasta la playa, que está a unos cinco kilómetros. Por el camino veo otras escenas más rurales, como estos pescadores y los criaderos en el río.
Echando las artes de pesca.
Palafitos
Arrozales
Mujer recogiendo plantas en la laguna.
Búfalo de agua por la carretera.
Los búfalos y yo vamos andando, el resto van en moto o bici. No sé como interpretar este hecho.
Al final del paseo, la playa.
Está casi nublado, pero el sol calienta e incluso quema, como pude comprobar al final del día.
La playa es muy larga y agradable de pasear.
En la linde de la arena se ven casas, algunas abandonadas o afectadas por el último tifón. Es una zona de frecuentes tifones, hace unos días tuvieron una visita y unos días después de abandonar el país, otra.
Barca redonda hecha de bambú. Parece que las empezaron a utilizar los pescadores pobres para evitar los impuestos a los barcos en la época colonial.
Siguen usándolas. No me gustaría meterme ahí con el mar movido.
"Brrrrua, ¡qué fría!"
No sé cómo consiguen dirigirlas.
El regreso.
Se acabó la pesca por hoy
Y yo comiendo pescado y cangrejo a la brasa en la playa. ¡Qué bien vivo!
Otro tipo de pesca
Después de clase
Otro solitario en la playa
Siestecilla bajo los cocoteros, espero que no me caiga un coco. Y después a regresar a la ciudad para marchar a Saigón.
Últimas fotos antes de ir a la estación de tren de Da Nang.
El puente japonés por última vez.
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